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Hay muchos prejuicios con respecto a este tema y motivada por la conversación que tuve con una amiga cercana decidí escribir algo sobre esto. Ella me contó que su hija luego de 2 años de estudiar arquitectura en La Católica se pasó a la UPC a estudiar música y que cuando lo cuenta la miran con caras raras y le dicen ¿MUSICA?????¿?¿?¿?!!!!!!!!!!!!
Yo nunca me imaginé vivir de la música, ni siquiera lo evalué, esa posibilidad no existía entre mis alternativas de estudios luego de salir del colegio. Lo único que recuerdo es haber cantado desde muy pequeña, haber seguido cada banda que aparecía por mi casa, haber cantado en un coro de iglesia y en mi colegio y haberlo disfrutado mucho. Podría decir que entre mis preferencias infantiles estaban montar bicicleta, patinar y cantar.
Antes de salir del cole, en 5to de media, nos dieron charlas de diferentes carreras y se presentaron de varias universidades e institutos para convencernos de estudiar ahí, yo no sabía qué quería, tenía 16 años y estaba totalmente perdida. Casualmente por eso escogí Administración de Hoteles, una carrera bonita y nueva pero que no tenía nada que ver conmigo. Hubiera preferido Diseño Gráfico pero era una carrera muy cara.
Mi carrera duraba 3 años pero la terminé en 3 y medio. Casi me expulsan de CENFOTUR porque repetí 3 veces contabilidad. Terminé, hice mis prácticas, mi tesis, sustenté y me diplomé. Trabajé unos 2 meses en un apart hotel de Miraflores y de ahí pasé al »Hotel El Pardo» de 5 estrellas. Eso debería haberme hecho sentir muy feliz pues estaba en un hotel importante donde poco a poco podría ascender en mi carrera.
Entré a recepción y telefonía, una semana en cada área, los horarios eran rotativos: una semana de 7 a.m. a 3 p.m. y otra de 3 p.m. a 11 p.m. La paga era bastante aceptable para una principiante y la gente que trabajaba ahí muy simpática. Cuando estaba en recepción la pasaba bastante bien pero en telefonía debía sentarme frente a una pared y un aparato con el cual debía conectar las llamadas (hablo de hace más de 30 años), había momentos en que entraban 5 llamadas a la vez y si me demoraba en contestar se quejaba no solamente el público si no también algún jefe que por ahí andaba merodeando y tratando de hacerme caer.
Para entrar al hotel tuve que dejar a mis alumnos de guitarra por los horarios rotativos. Me sentía frustrada y me fastidiaba tener que ir a las 11 de la noche a pararme en la Av. Arequipa a tomar mi micro con mi vestido rojo (el uniforme) con una P en el pecho (de Pardo…por siaca) y no poder asistir a mis clases ni reuniones de amigos porque mi día libre era martes, o lunes, o cualquier día menos fin de semana.
Seguramente me hubiera quedado ahí para no decepcionar a mis padres que con tanto esfuerzo me habían pagado la carrera, hubiera soportado todo tratando de subir algún puesto y mejorar mis horarios y mi sueldo…pero eso no me hacía feliz.
Como Dios es mi amigo incondicional me presentó una alternativa, yo debía tomarla o quedarme donde estaba, dependía de mi. Me llamó el papá de una niña italiana de 9 años que requería clases intensivas de guitarra porque se regresaba a Italia en 2 meses. Era una decisión difícil dejar la estabilidad de un buen hotel para hacer algo que me gustaba pero que no duraría más de 2 meses, claro que me quedaban otros alumnos que había dejado y que querían continuar, pero lo de las clases de guitarra nunca fue algo seguro porque me cancelaban clases por cualquier motivo: viajes, vacaciones, malas notas del niño o porque se portó mal, en fin, cualquier pretexto era bueno para cancelar las clases, algo de lo que hablaré en otro blog porque me parece un tema interesante: castigar a los niños quitándoles sus clases de música…muy malo.
A pesar de lo difícil de la decisión no me demoré más de 2 días en aceptar a Azzurra. Ahora después de más de 33 años (o algo así) me doy cuenta de lo acertada de mi decisión. Fue el comienzo del cambio en mi vida. Me arriesgué y gané. De hecho nada es fácil en la vida y si es fácil no tiene tanto encanto. Retomé varios alumnos antiguos y comencé con Azzurra, una niña que marcó mi vida; era una niña alegre e inteligente que le encantaba la música y se convirtió en mi fan!!!!! Era la primera vez que sentía que alguien era realmente mi fan. Aprendió rapidísimo y nos encariñamos mucho una con la otra. Se fue a Italia pero regresó como a los 2 años a quedarse y retomó sus clases.
Luego vino lo demás, empecé a cantar con una de mis alumnas música para grandes, tuve que reemplazar a una amiga cantante en sus clases de música en un colegio, luego empecé en los nidos…y aquí estoy convertida en Miss Rosi…Y SOY FELIZ PORQUE HAGO LO QUE ME GUSTA.
Lo que quiero decir con todo esto es que uno a veces se equivoca en sus decisiones, yo lo hice al estudiar una carrera que no era afín a mis intereses, ¡pero en ese momento no sabía lo que quería! era joven e inmadura. Estuvo bien que estudiara algo, todo nos sirve en la vida, pero si un joven gusta de la música y disfruta haciéndolo no se vuelvan locos tratando de disuadirlo. Hay que dejar «ser» a las personas, no somos dueños de nuestros hijos y si se tienen que equivocar que sea por sus propias decisiones y no por las nuestras. Se les puede contar lo que pensamos y darles alternativas pero son ellos los que deben escoger.
Ahora hay muchas más alternativas que antes para poder ser un buen músico y sacar adelante esa carrera. Se han implementado carreras de música en unas 8 universidades en Lima y me imagino que en el interior del Perú también, No sólo aprenden música, también tienen cursos de administración, marketing, producción musical, etc. Hay otra carrera en la Escuela de Música de la Católica que dura 4 años que me cuentan que es muy buena también. Si eso hubiera habido en mi época de hecho que no lo dudaba ni un segundo y hubiera estudiado música. Yo lo hice luego con un profesor particular muy bueno: Jorge Madueño Romero (papá de Pelo y José Luis) pero no tengo el título que ahora me hubiera servido…aunque no sé para qué.
Siempre me decían que tenga cuidado cuando cantaba en los pubs de Barranco, me decían que entre los músicos y cantantes corría droga y alcohol y les puedo jurar que nunca, en los 6 o 7 años que canté seguido, encontré a ningún músico ni cantante drogándose ni emborrachándose, no toman ni más ni menos que los médicos, abogados, diseñadores, ingenieros, etc. Yo no he probado ni la marihuana y no me gusta el alcohol, pero cuando canto me siento volar. Ese tipo de mitos ya deben desaparecer. Tengo muchos amigos músicos que son muy exitosos, varios de ellos están afuera del Perú y les va muy bien. Yo soy cantante y compositora y no soy bohemia, me acuesto temprano y no gusto de las reuniones hasta muy tarde. Hay músicos que trabajan hasta tarde porque deben tocar en locales nocturnos pero no siempre es así.
Los músicos se pueden dedicar a producir (CDs, DVDs, shows, programas, etc), a componer, a hacer arreglos, a enseñar, a hacer presentaciones, a trabajar en publicidad (haciendo jingles y musicalizando), y la lista sigue…en mi caso la vida me llevó a cantarle a los niños y grabé mis CDs, después me contrataron para crear canciones para centros de estimulación y nidos, más adelante me buscaron para los cuentos y luego de editoriales y por último, viajo mucho dictando mis cursos sobre música…es increíble pero desde hace más de 30 años yo vivo de la música.
No hay nada mejor en la vida que hacer lo que nos gusta, sólo así podremos ser exitosos y felices, la combinación perfecta porque se puede ser exitosos y salir adelante en una profesión que no nos llena pero felices lo que se llama felices no lo seremos. Sentiremos siempre que algo nos falta.
Mamis y papis, apoyen a sus hijos cuando quieran estudiar un instrumento, les ayuda mucho en su personalidad, en la parte más interna de su ser y además les dan una herramienta de supervivencia para más adelante, sean o no músicos. Yo empecé a enseñar guitarra a los 18 años (mientras estudiaba hostelería) y eso me permitió madurar y tener cierta independencia económica desde joven. Hay muchos profesionales que completan sus vidas y sus trabajos con la música, la toman como un hobbie, y está bien, pero es mucho más difícil empezar de adultos. La edad perfecta es entre los 8 y 14 años (hablando de la guitarra, por ejemplo), si hablamos de piano puede ser desde los 5, todo depende del método de enseñanza.
Tal vez mi historia ayude a alguien a tomar una decisión, no hay nada fácil, me ha costado llegar donde estoy pero todo ha sido disfrutándolo, cada paso que he dado y cada decisión drástica me ha costado mucho pero ahora veo el resultado de este camino que me tocó vivir: no solo disfruto lo que hago si no que me siento correspondida con el cariño de tanta gente y puedo vivir sin carencias aunque sí he tenido altibajos.
Yo tuve suerte porque siempre he tenido el apoyo de mis padres, estoy totalmente segura que si decidía estudiar música al salir del cole ellos me hubieran apoyado. Fui yo la que me equivoqué pero supe cambiar a tiempo y agradezco a Dios las posibilidades que me puso en el camino y a mi ángel de la guarda que me ayudó a tomar las decisiones correctas.
La hija de mi amiga, luego de sentirse frustrada en una carrera q no le gustaba, ahora es una chica feliz, sacó las notas más altas de una promoción de más de 150 alumnos y ahora está tocando en un crucero con un grupo formado por ella y ganando un dineral. Ella tomó una buena decisión y yo le auguro muchos éxitos y felicidad en su vida.
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